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Como comentaba en mi artículo anterior “¿Hay que tener miedo a las redes sociales…?” hay una serie de leyendas negras que circulan sobre los peligros de estar presente en Internet. Mitos que generan miedos a nuevos usuarios y frenan el uso de las redes sociales como vía para potenciar la marca profesional y generar nuevos contactos con clientes y proveedores.
Uno de mis favoritos es el de
“encontrarán información terrible e inapropiada sobre tí”
cuyo efecto amedrentador se acentúa cuando se une al de
“mi jefe, mi director de recursos humanos o el Headhunter del proceso que estoy haciendo han visto mi perfil y fotos del Facebook”.
Para ayudar a superar los miedos generados por esta leyenda negra quisiera que os hicierais las siguientes preguntas:
1. ¿Qué información pones sobre ti en una red social profesional?
Linkedin, Xing, Viadeo son redes serias, que promueven contactos entre profesionales para beneficio de todos los que se integran en ellas. Los campos que has de completar se refieren a la trayectoria profesional, y no debes ser extensivo, sino concreto y enfocado a tus propios objetivos. Os recuerdo que podéis encontrar recomendaciones sobre cómo completar un buen perfil profesional en este blog, en los artículos etiquetados como «personal branding«.
2. ¿Has visto alguna foto inapropiada, información íntima o indiscreta de alguien en una red profesional?
Como Headhunter & Talentist navego continuamente por redes sociales profesionales y os aseguro que hasta hoy nunca me he encontrado con nada inapropiado. Puede que haya sido casualidad, pero creedme, tengo una actividad on line bastante intensa. Me guío por mi propia experiencia, y puede que me equivoque, pero si existe esa información estoy convencida de que es anecdótica y aislada. Yo también he leído esas historias en la prensa sobre la que escribió una novela erótica basada en su propio bufete de abogados, o el que pidió una baja por enfermedad y fue despedido cuando su jefe vió su foto en la playa en lugar de estar enfermísimo en la cama. Pero, ¿no os parece que son casos extraordinarios?.
Todos tenemos fantasmas en el armario, pero ¿a quién se le ocurre airearlos en una red social? En el primer ejemplo claramente esa persona quería alcanzar la visibilidad, y francamente lo consiguió. No le importaría tanto su empleo cuando se puso a airear textos calientes firmados y refiriéndose a compañeros de despacho. En el segundo, esa persona tenía muy pocas luces, ¿a quién se le ocurre ser tan poco profesional y encima presumir de ello?.
Considero prioritario saber cuidar la imagen en las redes sociales, algo que va más allá de la foto que escoges para el perfil. El contenido, la sintaxis, el ritmo del texto pueden ser mucho más relevantes que la foto y, descuidándolos, se puede dar una imagen menos completa que la realidad. El resultado es la pérdida de oportunidades, más que el uso inapropiado de esta información. Podéis recordar algunos de los consejos que os daba en este sentido en el artículo “La imagen en las redes sociales”.
3. ¿Qué información buscas sobre alguien cuando tecleas su nombre en Google?
Recurrimos a Internet para buscar información sobre marcas y productos, sobre salud, sobre bienes o servicios que vamos a contratar. El paso siguiente que estamos dando es buscar información sobre personas. ¿O no recurrís a Google para repasar el puesto y trayectoria de la persona con la que vais a reuniros? Yo lo hago siempre. No es cotilleo, es información útil. Si alguien viene a pedir mi asesoramiento, a contratarme o a venderme algo, y desconoce lo que hago como Headhunter, o como Talentist, ni que escribo en Historias de Cracks o soy miembro de Generación Digital, ¿no creéis que aprovechará menos esa reunión?
La clave es qué información sobre personas encontramos en Internet. ¿Lo que escriben otros o lo que ponemos nosotros? Si otros vuelcan información sobre mí, yo no la podré editar, ni controlar. Puede ser cierta o no, completa o parcial. Pero si doy mi propia versión, al menos siempre habrá una información controlada por mí que sirva para potenciar contactos con clientes y proveedores, reclutadores y profesionales con los que intercambiar experiencias y conocimiento.
Por eso siempre hay que tener monitorizada tu marca personal. Eso significa activar en los buscadores (Yahoo!,Google) alertas con tu nombre, o consultar de vez en cuando Who´s Talkin. Así, si alguien habla de ti podrás enterarte.
En un mercado tan competitivo como el actual piensa que si alguien busca información sobre ti suele ser bueno, porque al menos saben tu nombre y existe un interés en llegar hasta tí. Así me lo recordó Juan Angel Hernández en un debate que manteníamos en el grupo de Linkedin Dirigentes + España.
4. ¿Dónde está la mano negra? ¿Quién habla mal de mí?
He dejado para el final la parte de la leyenda más morbosa. La mano negra.
No me voy a referir al peligro de que hackers accedan a datos privados como cuentas bancarias, correo personal, el contenido de tu PC o a las claves privadas de acceso. Eso es un delito, y debemos tomar las precauciones necesarias para evitar que nos suceda.
Me refiero al qué dirán, “dires y diretes”. Al que publicó información malintencionada de cuestiones privadas sobre un tercero, al que tomó esa foto cuando se movió el bikini o celebraba eufórica la celebración de la victoria de mi equipo.
· ¿Cuántos enemigos tenéis que quieran usar la red para haceros daño?
· ¿En qué foros podrán hacerlo? ¿no se pondrán ellos en evidencia criticándoos?
· ¿Qué información veraz puede realmente comprometeros y quién la tiene? ¿cuáles son las consecuencias reales?
Estas preguntas, importantes todas, son igualmente aplicables a la reputación generada on line y off line. Y las soluciones, las de toda la vida:
· “Uno se mide por el tamaño de sus enemigos” “Ladran, luego cabalgamos” “No podemos gustar a todo el mundo” “La envidia es el deporte nacional”
· El rechazo y la desconfianza que genera el que critica es mayor que la propia crítica en sí.
· Preocúpate por ser un buen profesional, por hacer las cosas bien y no habrá información que realmente pueda dañarte.
La crítica de lo ajeno es fácil, genera morbo y además vende mucho. Sólo hay que ver la parrilla de la televisión actual.
Intenet no se queda atrás. Se han creado foros para criticar a jefes, empresas, e incluso hay uno en USA de mujeres que hablan de malos amantes.
El que haya lugares de consulta y opinión es positivo, fomenta la transparencia. Pero siempre basados en el respecto hacia las personas, y con opiniones firmadas (nunca hechas de forma anónima). Así la persona objeto de esa información podrá defender su punto de vista y versión. Si no, se convierte simplemente una caza de brujas, un lugar donde descargar odios y envidias y que para mí no gozan de ninguna credibilidad.
Concluyendo:
- Centra tu objetivo, preocúpate por ser un buen profesional y usa correctamente las herramientas que tienes a tu alcance, incluida la tecnología y las redes sociales.
- Construye tu identidad digital haciendo que sea un fiel reflejo de lo que haces y de quién eres, pero sin descuidar tu privacidad. Separa trabajo y placer, vida pública y privada.
- No te dejes llevar por las habladurías, casi siempre son creadas por aquellos que tienen envidia, odio o que les gusta crear morbo.
- Cuida tu reputación, como lo has hecho siempre.
Estoy de acuerdo Arancha. Yo tampoco me he encontrado nunca nada inapropiado en redes sociales, siempre y cuando fuesen serias. Pero eso tambien tiene que estar alimentado, creo yo, por un perfil profesional bien construido. Las lagunas de informacion en un perfil profesional alientan las «malas lenguas», pero estas son casi siempre «offline». Nunca he podido ver un «desprestigio» online en este tipo de redes.
La gente deberia de ver que cuando una persona tiene muchas recomendaciones es mas valorada que uno que, teniendo mucho mas curriculum y pomposidad en su perfil a nivel de «titulitis», no tenga ninguna.
Cierto Javier, pero ahí tenemos el problema cultural de la percepción sobre las recomendaciones on line. En entornos anglosajones se consideran normales y que agregan valor. En España casi siempre producen una sensación de «halago enlatado», porque existe poca costumbre de hacerlas espontáneamente, y casi siempre son solicitadas. Por eso carecen de frescura y espontaneidad. No sé si la nueva cultura «on line» conseguirá cambiar esta costumbre arraigada.
Felicidades por el artículo. He recibido una notificación del IE en el que anuncian una conferencia y aparece este blog como enlace.
Por añadir algo, que puede ser de utilidad, casi ningún directivo tiene perfil en las redes sociales.
Da que pensar sobre la aparente bondad del medio.
Un saludo y reitero mis felicitaciones.
Mil gracias Arancha, me ha parecido super honesto tu artículo.
Saludos.
gracias! llevo un problema incomodo en el trabajo y me sienta bien lo que dices..