historiasdecracks
Fernando

Está bien analizar casos de éxito para buscar modelos, ideas y patrones en pro de la democratización de la genialidad.

Los casos ajenos ayudan a los profesionales a aprender con el ejemplo. El story-telling (la narración de historias) sirve eficazmente para enseñar y hacer reflexionar.

El líder, el equipo y el momento

El domingo pasado un artículo en El País aludía al liderazgo de Guardiola como fuente de inspiración de directivos.

Guardiola

Hay una fiebre de búsqueda de modelos de inspiración

El entrenador ciertamente posee un liderazgo que no discuto, pero ¿hubiera dado el mismo resultado con otros jugadores? ¿y con los mismos jugadores en un momento madurativo distinto?

El éxito tiene que ver con el líder, con el equipo y con la denominada “ventana de oportunidad”.

La ventana de oportunidad es la ventaja competitiva que se tiene al alcanzar la plenitud de las habilidades propias en el momento en que las circunstancias del entorno son óptimas – y antes de que lo sean para los competidores inmediatos-.

Circunstancias económicas, tecnológicas y demográficas hacen que implementar (que no tener) una idea con cinco años de diferencia marque el éxito o fracaso de una iniciativa.

Inspiran y dan ideas, pero no resuelven.

Los manuales y casos de éxito proporcionan esquemas de actuación enmarcados en un espacio temporal irrepetible.

Ayer veía un reportaje sobre Aníbal, el general cartaginés. Otro extraordinario ejemplo. Su figura fue tan extraordinaria que todavía hoy se estudian sus proezas en las academias militares.

Aníbal

Los mejores ejemplos a veces no son los más actuales

Entendió que no podía vencer por mar al imperio romano y que no le quedaba más remedio que atacar por tierra rodeando el mediterráneo.

Camino de Aníbal

La complejidad de rodear el mediterráneo para atacar desde la Galia

Se rodeó de un equipo de ingenieros que sortearon con escasos recursos grandes escollos (el cruce del río Ródano o el famoso paso de los elefantes a través de los Alpes).

Hannibal3

Aníbal cruzando los Alpes con su ejército

– Resistió e hizo mucho daño a Roma durante más de una década sin refuerzos. Su capacidad de motivar, captar y formar a nuevos reemplazos entre la población de la zona ocupada todavía maravilla a los analistas.

ejercito

Mantuvo la moral de las tropas y los renovó atrayendo nuevos soldados

Con casos pasados o presente, se puede aprender mucho del ejemplo ajeno, pero sobre todo hay que adquirir la capacidad de aplicarlo a nuestro presente.

Un presente que cada día es más cambiante, global y  multidisciplinar.

Algunos consejos para entender el entorno:

  • Seguir leyendo (historias de personas, empresas, ensayos, novelas, artículos). The Economist, Wired, Blogs, Prensa Convencional, el Twitter de expertos…nunca se sabe de dónde se puede adquirir una buena idea.
  • Repasar la Historia (la tecnología no hace al humano una especie distinta; hay que aprender de los errores y aciertos del pasado)
  • Rodearse de talento y generar un ambiente para que florezcan las ideas. El líder no es nadie sin el equipo. No hay ni una sola historia de éxito llevada a cabo por una sola persona, y aunque sus nombres no hayan trascendido con la misma fuerza, sin ellos nunca hubiera sido posible la empresa.
  • Dejarse llevar por la intuición. Si se aplica el modelo a rajatabla no funcionará. Tomar una decisión alejada de lo aparentemente racional es lo que te hace distinto y por lo tanto valioso. (Recomiendo este artículo de Dolors Reig en el que unos investigadores demostraron que bajo determinadas circunstancias las decisiones tomadas intuitivamente eran más acertadas que las basadas en la razón).

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Volviendo al artículo de El País, he de aplaudir el comentario de Manuel Seijo, presidente de la Asociación Española de Coaching, que ensalza la importancia de la marca personal.

“Al igual que en el mundo deportivo está cambiando la percepción del estratega como máximo responsable del juego de un equipo, la empresa tiene que aprender a dar visibilidad al talento de su alta dirección, a no esconderlo o guardarlo por miedo a que se vaya. Un alto ejecutivo debe sentir pasión por su empresa y defender su posición y llevarla a lo más alto aprendiendo a gestionar esta pasión”.

Espero que las empresas lo vean tan claro como nosotros.

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